A beautiful story that reminds us of what we celebrate at Christmas

Sunday Letter | Come and worship him

(MERRY CHRISTMAS AND A 2017 FILLED WITH BLESSINGS)

Left: The Adoration of the Shepherds. Sagrada Familia Church, Barcelona, Spain.

On this fourth Sunday of Advent, I would like to tell you a brief story. It goes like this. A rich man had a great passion for art. He had everything in his collection, from Picasso to Raphael. He often sat down to admire his works of art. One day, his son marched to war. He died in battle while rescuing another soldier.

His father suffered bitterly. Days later, on Christmas Eve, someone knocked on his door. It was a young man with a package who said: "Sir, you do not know me; I am the soldier for whom your son gave his life. He saved many others. The day he died, he was leading me to safety when a bullet pierced his heart. He often told me about you and your love of painting. "

The young man handed him the package: "I know it's not worth much, I'm not a great artist, but your son would like it to be for you." The father opened the package. It was the portrait of his son. He looked at the picture with emotion and was amazed to see how the soldier had managed to capture the personality of his son in painting, especially in the expression of his eyes. His own eyes filled with tears. He thanked the young man for his offer and wanted to pay for the painting. "Oh no, sir, I could never pay for what your son did for me! It's a gift". The father hung the portrait on the mantelpiece.

When the man died, the auction of all the paintings he owned was announced. Many wealthy people came wishing to acquire some of the famous works of his collection. There was also the portrait of the son.

The auctioneer hit his mallet to start the auction. "We'll start with the portrait of the son. What is offered for this portrait? "There was a silence. A voice from the back of the room shouted, "Forget about him! We have not come for that! We want the Van Goghs, the Rembrandts. Let's go to the real offers! »

The auctioneer continued with the auction: "The son! The son! Who takes the son? "There was a trembling voice coming from the back of the room:" I give ten dollars for the painting! "It was the old gardener in the house. He was poor and could not offer more.

"We have ten dollars! Who gives more? "The crowd began to get angry. They did not want the picture of the son. The auctioneer finally struck the mallet: "Going once, going twice, sold for 10 dollars!" "Let's start with the collection!" One shouted. "Yes, bring the works of value!" Said another. The auctioneer released his mallet and said, "Ladies and gentlemen, the auction is over." But, what about the paintings?" Said those present. "I am sorry," he replied, "the testament contained a secret which I can only now reveal: only the painting of the son would be auctioned. Whoever bought it would inherit all the possessions of the deceased, including his mansion and his famous gallery. Therefore he who wanted the son,gets everything.

A beautiful story that reminds us of what we celebrate at Christmas: the birth of the Son of God in Bethlehem. Yes, he has become one of us. Let's welcome him. Let us make room for him in our home, in our family, in the depths of our heart. The shepherds of Bethlehem, on the first Christmas, felt the call of God to worship him and they went hastily, and they found Mary and Joseph, and the child lying in the manger. They offered him what they had and what they were, they offered themselves to him, and announced him to all who wanted to listen: "They made known what they were told about the child; And all who heard it were surprised at what the shepherds were saying to them"(Lc 2,17-18). But let's not forget: he only talks about Jesus convincingly who is capable of worshiping him.

Dear brothers, may the Emmanuel, the God-with-us, grant you his peace, his strength, his joy, his Spirit.

+ Juan José OmellaOmella / Archbishop of Barcelona

Original:

Translator: Father Juan Manuel Serra //

Bonita historia que nos recuerda lo que celebramos en la Navidad

Carta dominical | Venid y adoradle

(FELIZ NAVIDAD Y UN 2017 LLENO DE BENDICIONES)

Foto: La Adoración de los pastores. Sagrada Familia de Barcelona.

Este cuarto domingo de Adviento, querría explicaros un breve relato. Dice así. Un hombre riquísimo tenía una gran pasión por el arte. Tenía de todo en su colección, desde Picasso hasta Rafael. A menudo se sentaba a admirar sus obras de arte. Un día, su hijo marchó a la guerra. Murió en la batalla mientras rescataba a otro soldado.

Su padre sufrió amargamente. Días más tarde, en vísperas de Navidad, alguien llamó a su puerta. Era un joven con un paquete que le dijo: «Señor, usted no me conoce; soy el soldado por quien su hijo dio la vida. Salvó a muchos otros. El día en que murió me conducía a un lugar seguro cuando una bala le atravesó el corazón. A menudo me hablaba de usted y de su amor a la pintura.»

El joven le entregó el paquete: «Sé que no vale mucho, no soy un gran artista, pero a su hijo le gustaría que fuera para usted». El padre abrió el paquete. Era el retrato de su hijo. Contempló el cuadro con emoción y se maravilló al ver cómo el soldado había sabido plasmar la personalidad de su hijo en la pintura, sobretodo en la expresión de sus ojos. Los suyos se le llenaron de lágrimas. Agradeció al joven su oferta y quiso pagar el cuadro.«¡Oh no, señor, nunca podría pagar yo lo que hizo su hijo por mí! Es un regalo». El padre colgó el retrato sobre la repisa de su chimenea.

Cuando el hombre murió, se anunció la subasta de todas las pinturas que poseía. Mucha gente adinerada acudió deseando poseer alguna de las famosas obras de su colección. Allí estaba también el retrato del hijo.

El subastador golpeó su mazo para iniciar la subasta. «Empezaremos con el retrato del hijo. ¿Qué se ofrece por este retrato?» Hubo un silencio. Una voz del fondo de la habitación gritó: “¡Olvídese de él! ¡No hemos venido por eso! Queremos los Van Goghs, los Rembrandts. ¡Vamos a las ofertas de verdad!»

El subastador continuó con la subasta: «¡El hijo! ¡El hijo! ¿Quién se lleva el hijo?» Se oyó una voz temblorosa que venía del fondo de la sala: «¡Doy diez dólares por la pintura!»Era el viejo jardinero de la casa. Era pobre y no podía ofrecer más.

«¡Tenemos diez dólares! ¿Quién da más?» La multitud empezaba a enfadarse. No querían el cuadro del hijo. El subastador golpeó por fin el mazo: «Va a la una, va a las dos, ¡vendida por 10 dólares!» «¡Empecemos con la colección!», gritó uno. «Sí, ¡que traigan las obras de valor!», dijo otro. El subastador soltó su mazo y dijo: «Damas y caballeros, la subasta ha terminado». Pero, «¿y los cuadros?», dijeron los presentes. «Lo siento», contestó, «el testamento contenía un secreto que sólo ahora puedo revelar: sólo la pintura del hijo sería subastada. Quien la comprara heredaría todas las posesiones del difunto, incluyendo su mansión y su famosa pinacoteca. Por lo tanto el que quiso al hijo se queda con todo.»

Bonita historia que nos recuerda lo que celebramos en la Navidad: el nacimiento del Hijo de Dios en Belén. Sí, se ha hecho uno de nosotros. Acojámosle. Démosle cabida en nuestra casa, en nuestra familia, en lo más íntimo de nuestro corazón. Los pastores de Belén, en la primera Navidad, sintieron la llamada de Dios a adorarle y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Le ofrecieron lo que tenían y lo que eran, le ofrecieron sus mismas personas, y lo anunciaron a cuantos quisieron oírles: “Dieron a conocer lo que les habían dicho acerca del niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían” (Lc2,17-18). Pero no lo olvidemos: sólo habla de Jesús de un modo convincente quien es capaz de adorarle.

Queridos hermanos, que el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, os conceda su paz, su fuerza, su gozo, su Espíritu.

+ Juan José OmellaOmella/ Arzobispo de Barcelona /

(Editado y enviado por: Mn. Joan Manuel Serra i Oller.

Bonica història que ens recorda el que celebrem al Nadal

Carta dominical | Veniu y adoreu-lo

(JOIÓS NADAL Y UN 2017 PLE DE BENEDICCIONS)

Foto: L’Adoració dels pastors. Sagrada Família de Barcelona.

Aquest quart diumenge d’Advent, voldria explicar-vos un breu relat. Diu així. Un home molt ric tenia una gran passió per l’art. Tenia de tot a la seva col·lecció, des de Picasso fins a Rafael. Sovint s’asseia a admirar les seves obres d’art. Un dia, el seu fill va marxar a la guerra. Va morir a la batalla mentre rescatava un altre soldat.

Per al pare va ser un cop molt dur. Dies més tard, la vigília de Nadal, algú va trucar a la seva porta. Era un jove amb un paquet que li va dir: «Senyor, vostè no em coneix; sóc el soldat per qui el seu fill va donar la vida. Va salvar molts d’altres. El dia que va morir em portava a un lloc segur quan una bala li va travessar el cor. Sovint em parlava de vostè i del seu amor a la pintura».

El jove li va entregar el paquet: «Sé que no val gaire, no sóc un gran artista, però al seu fill li agradaria que fos per a vostè». El pare va obrir el paquet. Era el retrat del seu fill. Va contemplar el quadre amb emoció i es va meravellar quan va veure com el soldat havia sabut plasmar la personalitat del seu fill a la pintura, sobretot l’expressió dels ulls. Els seus se li van omplir de llàgrimes. Va agrair al jove la seva oferta i va voler pagar el quadre.«Oh no, senyor, mai podria pagar el que va fer el seu fill per mi! És un regal.» El pare va penjar el retrat sobre la lleixa de la xemeneia.

Quan l’home va morir, es va anunciar la subhasta de totes les pintures que col·leccionava. Molta gent adinerada va assistir-hi desitjant posseir alguna de les famoses obres de la seva col·lecció. També hi havia el retrat del fill.

El subhastador va colpejar amb la maça per iniciar la subhasta. «Començarem amb el retrat del fill. Què s’ofereix per aquest retrat?». Es va fer el silenci. Una veu des del fons de la sala va cridar: “Tant se val! No hem vingut per això! Volem els Van Goghs, els Rembrandts. Passem a les ofertes de veritat!»

El subhastador va continuar amb la subhasta: «El fill! Qui s’emporta el fill?»Es va sentir una veu tremolosa que venia del fons de la sala: «Dono deu dòlars per la pintura!»Era el vell jardiner de la casa. Era pobre i no podia oferir més.

«Tenim deu dòlars. Quin n’ofereix més?» La multitud començava a enfadar-se. No volien el quadre del fill. El subhastador va colpejar finalment amb la maça: «Va a la una, va a les dues, venuda per 10 dòlars!» «Comencem per la col·lecció!», va cridar un d’ells. «Sí, que portin les obres de valor», va dir un altre. El subhastador va deixar la maça i va dir: «Senyores i senyors, la subhasta s’ha acabat». «I els quadres?», van dir els presents. «Ho sento», va contestar, «el testament incloïa un secret que solament ara puc revelar: només la pintura del fill havia de ser subhastada. Qui la comprés heretaria totes les possessions del difunt, incloses la mansió i la famosa pinacoteca. Per tant, qui va estimar el fill s’ho queda tot».

Aquesta bonica història ens recorda què celebrem per Nadal: el naixement del Fill de Déu a Betlem. Sí, s’ha fet un de nosaltres. Acollim-lo. Donem-li cabuda a la nostra llar, a la nostra família, en el més íntim del nostre cor.

Els pastors de Betlem, el primer Nadal, van sentir la crida de Déu a adorar-lo i van anar-hi ràpidament, i van trobar Maria i Josep, i el nen al pessebre. Li van oferir el que tenien i el que eren, li van oferir les seves mateixes persones, i el van anunciar a tots els qui el van voler escoltar: “En veure-ho, van contar el que els havien anunciat d’aquell infant. Tothom qui ho sentia quedava meravellat del que explicaven els pastors.”(Lc2,17-18). Però no ho oblidem: només parla de Jesús d’una manera convincent qui és capaç d’adorar-lo.

Benvolguts germans, que l’Emmanuel, el Déu-amb-nosaltres, us concedeixi la seva pau, la seva força, la seva joia, el seu Esperit.

+ Juan José OmellaOmella/ Arzobispo de Barcelona /

(Editatienviat per: Mn. Joan Manuel Serra iOller. )